¡Quién es de un alma tan dura
Que no quiera a una mujer!
Lo alivia en su padecer:
Si no sale calavera
Es la mejor compañera
Que el hombre puede tener.
Si es guena, no lo abandona
Cuando lo ve desgraciao,
Lo asiste con su cuidao
Y con afán cariñoso,
Y usté tal vez ni un reboso
Ni una pollera le ha dao.
Grandemente lo pasaba
Con aquella prenda mía;
Viviendo con alegría
Como la mosca en la miel;
¡Amigo, qué tiempo aquel!
¡La pucha que la quería!
-Párrafos 302 a 304-
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